viernes, 6 de mayo de 2016

En blanco

El 9 de marzo de 2008 hubo en España elecciones generales y ese día el guionista de cine Rafael Azcona estaba a punto de entrar en coma. Murió poco después de cáncer de pulmón, un auténtico morlaco, que le había apartado de los amigos con los que al final solo se comunicaba por teléfono. La última vez que hablé con él me contó con la voz cascada la historia de aquel señorito obsesionado con el deporte que participaba en los maratones asistido por un criado que corría a su lado con un cubo lleno de agua y una esponja para refrescarlo y limpiarle el sudor. Ocurrió que al señorito en una de las pruebas le dio un síncope y murió en mitad de la carrera, pero el criado cargado con el cubo siguió corriendo y ganó el maratón. Luego Azcona me dijo que quería votar en las elecciones de ese 9 de marzo para demostrar que, aun en plena agonía, seguía siendo un ciudadano responsable. Votó a su manera. En 2008 los socialistas obtuvieron la victoria con 169 escaños frente a los 154 del Partido Popular y a continuación sobrevino la crisis, que nos ha llevado hasta el borde del acantilado, donde hoy los líderes políticos, con la incompetencia congénita para llegar a un pacto, ante las urnas puestas de nuevo a hervir cuentan los futuros votos como aquellas abuelas que sobre el mantel de hule en la cocina contaban las habas. Rafael Azcona quería votar a toda costa, pero los cuidados paliativos le tenían postrado. No obstante requirió los servicios de un notario para que levantara acta formalmente de su voto por correo. Cinco días antes de las elecciones el notario se presentó ante su lecho y Rafael Azcona usó la última fuerza que le quedaba en la mano para realizar un acto lúcido y demoledor, que puede servir de ejemplo y aviso. Cogió el sobre e introdujo en él la papeleta en blanco. Poco después entró en coma y cruzó la meta del último maratón.
Manuel Vicent. El país, 24 de abril de 2016

7 comentarios:

Janice dijo...

PARTE 1.

Nos encontramos ante un texto escrito por Manuel Vincent, el cual fue publicado en El País en abril de 2016.
Se trata de un texto periodístico, perteneciente a los llamados géneros de opinión, más específicamente una columna debido a su longitud y porque va firmado.
El modo discursivo que emplea para trasmitir sus ideas es expositivo. Hace uso de un registro formal general que podemos apreciar durante toda la extensión del texto con diversos cambios de registro, como en la 12 cuando dice, cito: "al borde del acantilado", o en la línea 18 cuando utiliza "demoledor" para referirse al acto de votar del hombre de quien habla. El uso del léxico es sencillo, libre de tecnicismos, por lo cual es una lectura que va dedicada a cualquier lector del país, no sólo a un grupo específico.
Ahora bien, observando el texto nos encontramos que el autor nos muestra una historia de forma aparentemente objetiva, y explico aparentemente porque, como podemos observar en la línea once, añade de forma suspicaz ese "y a continuación sobrevino la crisis" seguida de la mención a la victoria del PSOE, de esta forma busca unir la crisis como una consecuencia directa del gobierno del PSOE. Con esta historia nos quiere mostrar, a mi parecer, la importancia de votar por lo que deseemos y creamos para el país, sea cual sea nuestro voto. En este caso se trata de un voto en blanco, lo que me parece cuanto más simbólico, ya que el voto en blanco según tengo entendido representa que ninguno de los partidos con los que nos encontramos nos parece el adecuado para gobernar, y que haya usado su "último soplo" para revelar eso me parece hasta icónico.
Ahora bien, me parece plausible lo que ha hecho este hombre, pero no me malinterprete, también me lo parecería si hubiera usado su voto para votar a cualquier otro partido si es en lo que cree, porque dicha actuación me parece bastante acertada, pero el hecho de que haya sido concretamente en blanco me parece, como ya he mencionado anteriormente, icónico, debido al valor que se supone que tiene el voto en blanco. Digo que se supone porque por desgracia en este sistema "democrático", que después argumentaré por qué he puesto democrático entre comillas, los votos en blanco, los votos nulo y las abstenciones importan tanto como le importa a mi hermana de once años si ir a la playa de Chipiona o Matalascañas. A ella sólo le importa que haya mar para bañarse y arena para jugar con ésta, al igual que a los políticos sólo les importan los votos que obtengan y cuántos escaños van a sacar, lo cual aprovecho para sacar que todavía me parece inaudito que, por ejemplo el caso de Izquierda Unida, que cada diputado le cuesta como ocho veces más votos que lo que le cuesta al PP. Me parece increíble que PSOE tenga 21 diputados más que Podemos cuando ambos tienen cinco millones de votos y se diferencian en cosa de tres mil. No me voy a meter en si me gusta más un partido que otro, sólo deseo mostrar esto que me parece cuanto más injusto.
(...)

Janice dijo...

(...)
PARTE 2.

En lo referente al texto también me parece que arremete contra las personas que se abstienen, por ello que adjunta de "ciudadano responsable". Como cada uno puede votar lo que quiera, cada uno puede elegir si desea ir a votar o no. Hace nos meses yo era la primera que me abalanzaba ante quien me decía que no iba a votar aludiendo a aquellas personas que perdieron la vida para votar, ahora puedo percibir lo que ahora veo como equivocación: esas personas dieron la vida por elegir, y después de todo no elegir sigue siendo una elección. Honestamente la única razón por la que voto a un partido es porque uno, he perdido la esperanza en que las cosas se puedan solucionar desde abajo. Y no porque no se pueda, sino por la gente y la sensación de conformismo general, quienes gritan que podríamos estar peor sin ser críticos con la situación actual mirando más hacia atrás y comparándose con otros que hacia uno mismo, curiosamente mi padre siempre me decía esa típica frase de "¿si todos se tiran por un barranco tú también te tirarías?" cuando venía con una mala nota y me justificaba diciendo que a todos le había ido igual de mal o peor, y no le puede faltar razón, pues que algo esté igual de mal o menos mal no significa que esté bien, si tan solo supieran lo poderosa que es la voz de un grupo de personas. Y dos, voto al menos malo para que haga el apaño como quien dice.
Para finalizar voy a argumentar algo que dejé previamente en el aire, la argumentación de por qué puse "democrático" entre comillas. Democracia significa literalmente gobierno del pueblo, personalmente no me parece que lo que tengamos sea un gobierno del pueblo, porque no considero lo mismo a elegir un representante cada cuatro años que un gobierno del pueblo. Un representante que obteniendo la mayoría absoluta puede hacer las leyes que quiera sin importar la negativa del resto de diputados, ya que puede efectuar las leyes que se le antoje. No me parece bien ni cuanto menos justo. Se me encoge el pecho cuando pienso en la reforma de la ley del aborto, que agradezco de corazón que no se llevara a cabo gracias al movimiento del pueblo (se denominó el tren de la libertad a la masiva manifestación en contra de esta reforma, a parte de ésta hubo otras protestas, sin ir más lejos recuerdo que en Sevilla en el paseo de la catedral había mujeres a unos diez metros cada uno con cinta aislante en la boca en forma de "X" y cartulinas que ponían "necesito dinero para ir a abortar fuera"), esta ley en concreto buscaba volver al modelo de 1985 en el que las mujeres tenían que alegar motivos para querer abortar, quebrantando así la ley que hizo el PSOE durante su gobierno de que las menores entre dieciséis y dieciocho podían abortar sin consentimiento paterno. Me parece denigrante algo así, que relega a la mujer hasta tal punto de tener que dar explicaciones de lo que quiere hacer con su cuerpo, algo que gracias al pueblo se paralizó. No estoy para nada de acuerdo de que mi cuerpo esté a manos del gobierno de turno, porque debería de ser mío, debería de ser mi elección, no la del representante elegido por la mayoría.
Sin ánimo a que se me malinterprete, entiendo la dificultad de la participación del pueblo para la elaboración de cualquier ley y que tener elecciones cada vez que propongan una ley sería un coste inmenso, lo entiendo, pero eso no me anula ser crítica con el sistema que tenemos. No me voy a meter en cómo están en otros lugares, si están peor, si están mejor o si están igual porque me da igual, si alguien busca argumentar que estamos bien y en lugar de decir nuestras cosas buenas habla de las cosas malas de otro lugar es que tan bien no estamos, igual menos mal, pero, como ya dije anteriormente, estar menos mal no significa estar bien.
El personaje de quien Manuel Vincent habla en el texto cruzó la meta del último maratón y yo veo esa meta en las siguientes elecciones, cuando salgan resultados similares y se demuestre que el sistema tal y como está planteado está empezando a tambalear.

Unknown dijo...

Manuel Vicent redactó este texto periodístico de opinión, en el que se observa que el tema principal son las elecciones, en concreto las de marzo de 2008. Este texto fue publicado el 24 de abril de 2016, en el periódico El País. Como se puede apreciar el texto es inductivo, ya que al principio se observa como compara la vida de este señor amigo suyo con un maratón, para llegar a la conclusión de que con sus últimas fuerzas este hombre voto. El autor utiliza un nivel culto y formal, ya que este texto va dirigido al mayor numero posible de lectores. Este texto se refiere tras la comparación y lo que hizo el hombre a las elecciones y haciendo hincapié a la acción de votar. Hoy en dia, la mayoría de las personas no vota o vota en blanco, otro sector importante es el de la juventud que debería de tener más curiosidad por este hecho, ya que el futuro del país depende de sector. La mayoría de ciudadanos no entiende la importancia de un voto. El texto también nos muestra como si se quiere se puede, ya que de este modo el señorito a pesar de su enfermedad gano el maratón, el hombre a pesar de estar en las ultimas pudo votar, que todos deberíamos votar, ya que no votando lo que conseguimos es que sigan los mismos dirigentes. Muchas veces he escuchado la frase "Por una no pasa nada", pero en realidad, si pasa, ya que muchas personas piensan así, por lo cual este solo voto ya se ha convertido muchos que podrían ser los necesarios para mejorar la política. Lo único importante que les preocupa a los políticos es o son la mayoría de votos, y las subida o bajada en el senado, a estas personas a las que elegimos para que nos gobiernen, lo único que les preocupa es llegar al poder y los beneficios que ello conlleva, puesto que actualmente no escucho que ningún político corrupto valla a la cárcel y cumpla condena, esto no se si se debe a que ya no practican la actividad de lucrarse o a que la ley esta atenta a otros asuntos totalmente distinto, lo cual me hace pensar que la justicia de mi país es decadente.
El hecho de hacer algo que se quiere realizar, será una sensación muy satisfactoria, o incluso conseguir un objetivo que hace tiempo que se quiere alcanzar, esto se puede aplicar a muchísimos aspectos de la vida, como podría ser un curso como segundo de bachiller. Podemos comparar este curso con una carrera de fondo, en la cual desde un principio debes esforzarte y darlo todo si quieres sacar una nota considerable para que en un futuro cambie su vida y se dedique a lo que realmente le llena, pero sin embargo, si desde el principio no se toman medidas similares a estas, es muy complicado llegar o hacer un gran esfuerzo al final. Por último, si se pasa de esta situación, el futuro que le espera será bastante negro, como la situación de los ciudadanos que prefieren omitir las votaciones o simplemente no ir. En conclusión, si se quiere se puede, y si se puede se debería hacer.

Inma Baena Moreno dijo...

Organización de ideas.
1. La estructura externa.
Está formada por un párrafo, y un total de 25 líneas.
2. La estructura interna.
El texto se divide en tres partes.
La primera parte va desde el inicio del texto hasta la línea 4 (por el teléfono), donde nos habla que en 2008 hubo las elecciones generales y pocos días después Rafael Azcona murió por un cáncer.
La segunda parte va desde la línea 4 (la última vez) hasta la línea 24 (en blanco), en la cuál Azcona le cuenta una historia de un señorito que participó en unas pruebas y durante estas muere y el criado gana la carrera, luego le dice que él quería votar en las elecciones y le cuenta todo lo que tuvo que hacer para conseguirlo.
La tercera parte va desde la línea 24 (poco después) hasta el final del texto, en el cuál Azcona entra en coma, y concluye diciéndonos que consiguió cumplir su objetivo.

Ángela Sánchez Moto dijo...

El texto que se nos presenta para este comentario fue escrito por Manuel Vicent para el periódico El país en el mes de abril de este mismo año. Es un artículo a través del cual nos expone una anécdota sobre la cual todos, o como mínimo, gran parte de la población debería reflexionar.
En pocas palabras, la anécdota recoge los últimos momentos de lucidez de Rafael Azcona, guionista de cine, quien murió en 2008. Estos momentos de los que hablamos, son los que utiliza para, a través de un notario que levantara el acta, votar en las elecciones de ese año por correo. El elemento sobre el que deberíamos reflexionar largamente es el hecho de que utilizó esas fuerzas para votar en blanco; ni si quiera votaba a un partido al que fuera afín. En blanco.
Aunque el texto se plantea como un relato neutral, sin una opinión clara sobre el tema planteado con la narración, el autor deja caer discretamente una relación evidente entre el gobierno que ganó las elecciones de aquel año con la crisis que lo siguió, y de la cual aún siguen atormentándonos sus fantasmas.
Nadie podría culpar a los españoles, especialmente a la juventud, de sentirse desencantados y preferir no votar en las próximas elecciones. Podríamos defender el “¿Para qué votar? Siempre salen los mismos”, el “Total, todos los políticos son iguales” y un largo etcétera de excusas baratas, que suelen servir para aprovechar el permiso pedido en el trabajo, por ser día de elecciones, para hacer cualquier cosa menos pasarse por el colegio electoral.
¿Dónde ha quedado la responsabilidad ciudadana? O mejor, ¿dónde ha quedado la responsabilidad, en general? Si siempre ganan los mismos, es porque siempre se vota a los mismos. Si toda la población en edad de votar, pero que no lo hace, se acercase a echar la papeleta, y votasen a partidos diferentes, no saldrían los de siempre. De hecho, tendríamos un parlamente de lo más “colorido”, lo cual podría beneficiarnos (si fueran capaces de pactar y formar un gobierno).
No obstante, pienso que nuestro problema en la política no encuentra su origen en la política en sí. Pienso que la raíz real de todo se encuentra en nuestra educación, en el carácter de España. No valoramos el trabajo duro, valoramos el camino fácil. Por eso en nuestra televisión lo que más audiencia tiene es “Sálvame” y vemos por la calle a jóvenes que están más pendientes de lo que ocurrió la pasada noche en Gran Hermano, que de lo que los políticos están haciendo con su educación y su futuro.
No es que haya que tomárselo todo con una seriedad sepulcral, sin estar ni por un momento haciendo algo que nos interese y entretenga; simplemente, no deberíamos dejar que una cosa pasase por encima de la otra. Deberíamos mantenernos en equilibrio: igual que estamos al tanto de “quién está con quién” de nuestros ídolos, deberíamos estarlo de lo que se hace en la vida política, para, si no estamos de acuerdo con lo que hacen sin consultarnos, poder manifestarnos, salir a la calle, y recordarles que ellos nos gobiernan porque nosotros les hemos elegido, y que si no lo hacen bien, la próxima vez gobernará otro.
Desde 2008 hasta nuestros días, nuestro país se ha tambaleado de forma muy peligrosa y nadie puede negarlo. Ha sido, está siendo, y, durante un tiempo, será duro: seguirán recortando en lo que no se debe recortar, se retirarán becas, lo que impedirá a muchos jóvenes estudiar, y cuando a duras penas lo logren, se verán obligados todos a buscar una vida fuera de España; tal vez nos seguirán mintiendo a veces, tal vez seguirán aumentando los casos de corrupción…
Pero, oye, que nadie se preocupe; que a los españoles nadie nos toma por tontos. Saldremos a la calle, nos manifestaremos y, los políticos que no son honrados (que, aunque no sean todos, tiznan a los demás con su actitud) no tendrán más remedio que empezar a comportarse decentemente.
Ah, no, que esta noche hay partido; ya mejor mañana…
A donde pretendo llegar es: si no nos interesamos por quién nos gobierna, lo hará alguien que no se interese por nosotros.

Silencio.blanco_cofrade dijo...

Los constantes casos de corrupción y las promesas incumplidas de los partidos políticos han causado un cambio en la política española. El columnista Manuel Vicent del periódico de tirada nacional El País nos muestra la indecisión de voto del guionista de cine Rafael Azcona.

En sus últimos días, Azcona quiso ejercer su derecho al voto, a pesar de que ningun partido estuviera a la altura para él. La participación ciudadana en la política es muy importante, ya que el partido ganador sera el elegido para gobernar nuestro país durante los siguientes cuatro años, implantar las leyes, ejecutarlas y dirigir nuestro estado de bienestar. Por ello, para Azcona, el voto es una responsabilidad ciudadana. En su metáfora sobre el señorito y criado, podemos entender al señorito como las entes políticas que nos representan gracias a la ayuda de nuestro voto (el criado), pero nosotros somos los que, a pesar de todos los obstaculos con los que nos encontramos, ejercemos nuestro derecho al voto como meta.

Durante el franquismo, España sufrió un gran atraso en todos los sentidos debido al régimen totalitario respecto al resto de Europa, que ya habían implantado un sistema democrático. Alberto Méndez nos muestra en su libro Los girasoles ciegos la gran represión que sufrían las personas contrarias al régimen y la inexistente actividad política de los ciudadanos. Tras la muerte de Franco, la transición fue un duro proceso de democratización de España, en el que finalmente se consiguió el derecho al voto.

Tras la consolidación de la democracia española, España ha experimentado un bipartidismo constante. Esto creaba la desilusión de muchos votantes que veian un turnismo entre PSOE y PP, como puede ser el caso de Azcona. En los últimos años, la política española ha experimentado un gran cambio con la aparición de nuevas potencias políticas que han conseguido acabar con el bipartidismo. Esto ha sido causado por los constantes casos de corrupción de los dos grandes partidos políticos, de los incumplimientos de sus programas electorales y de la desesperación ciudadana ante la crisis española. Manifestaciones, como las del 15M en 2011, mostraban la desilusión de los ciudadanos ante la política española.

Rafael Azcona nos muestra que aun estando indeciso en nuestro voto, debemos ejercer nuestro derecho de participación. Debemos interesarnos por la política e informarnos de lo que pasa en España y el resto del mundo para ser conscientes de lo que votamos. Porque, ¿qué sería de la democracia sin el derecho al voto?.

Anónimo dijo...


Ángela Teba Gallego. 2º BACH. C



Es un texto periodístico escrito por Manuel Vicent y publicado en El país el 24 del pasado mes de abril.
En este texto el autor hace especial hincapié en la acción de votar, especialmente en aquellas elecciones de 2008, la que recuerda con dolor ya que ese gobierno nos introdujo en una España decadente tras la crisis sufrida debido al nefasto gobierno existente.
Al principio nos compara la acción de votar con la de un señorito que corría la maratón y a su lado tenía a un criado. Cuando a este señorito le dio un síncope en plena carrera y perdió la vida, su criado lejos de abandonar, siguió corriendo hasta acabar la maratón entre otras por honor a la vez que lo hizo por su responsabilidad.
Esa responsabilidad es la que nos habla el autor a la hora de votar. Aunque actualmente el número de votantes está creciendo, seguimos lejos de llegar a casi el total de la población, entre otras cosas porque la política ha perdido toda su credibilidad.
Nos hemos cansado de dar y no recibir, de falsas promesas a cambio de conseguir un mísero voto para ganar unas elecciones y sentarse en un sillón. Es vergonzoso ver cómo estas pasadas elecciones los presidentes de los gobiernos no se ponían de acuerdo porque querían un pacto de uno u otro tipo o a cambio de tener un cargo de prestigio en el gobierno.
Tenemos la obligación de darle un cambio a nuestro país y ahora es el momento de cambiar, ante unas nuevas elecciones que se aproximan yendo todos a votar a un partido, olvidando ideales y votando lo que consideremos mejor hacia nuestro país sin mirar si pertenece a la derecha o la izquierda.
Esa es nuestra responsabilidad como ciudadanos a la vez como un derecho que tenemos. Es fácil no ir a votar y luego si sale un gobierno que no hace bien las cosas, criticarlo. Es algo que nos afecta a todos para bien o para mal, para crecer y salir de esta crisis o para seguir siendo un país en decadencia.
A partir de ahí, elegir un gobierno que nos represente de verdad no por tener un puesto. Queremos un gobierno que se implique de una vez, que valore el trabajo duro y no un gobierno que se burle de nosotros y hagan el camino fácil de sentarse en sus sillones cobrando una gran cantidad de dinero para no hacer nada o si lo hacen sea para llevarse nuestro dinero.
Y el verdadero problema de la burla que nos hacen los partidos políticos está en nosotros mismos. Es difícil explicar cómo en una encuesta que se realiza en gran hermano vota tantísima gente y para decidir el futuro de nuestro país el porcentaje sea ridículo.
No nos damos cuenta de lo mal que estamos haciendo a nuestro país y que nos preocupe más cómo ha quedado un partido de fútbol a cómo se están cargando temas tan importantes para un país como la educación y la sanidad.
Cada vez encontramos menos profesores en los centros escolares, vemos como quitan asignaturas en determinados colegios para que su personal pueda impartir clases, trabajando el doble que antes y cobrando un sueldo paupérrimo.
En sanidad ocurre más de lo mismo donde cada vez trabajan menos profesionales, se han quitado especialidades, plantas, falta de camas si ocurriera alguna catástrofe, cobro por medicamentos…cualquier cosa vale menos que estos políticos se recorten sus grandes salarios y tengan la dignidad que tenemos los que asistimos a votar.