jueves, 12 de mayo de 2016

Respect

El presidente del Sevilla, durante un ‘Encuentro con los Ases’, denuncia el desdén del Rey hacia un club que está haciendo historia. Una queja legítima.



   El Sevilla Fútbol Club, un equipo legendario que como todo el mundo sabe, fue fundado por serbios, juega en la liga turca y está trufado de futbolistas rumanos, buscará su quinta Europa League en Basilea, ese trofeo de la galleta que es menos importante que el Teresa Herrera y es incomparable con el prestigio que envuelve a Madrid, Barça o Atlético cuando ganan ante potentes equipos asiáticos en apasionantes giras veraniegas, convenientemente televisadas, en aras del interés general (¿?) de los ciudadanos. El Sevilla Fútbol Club, ese club del que se habla durante cinco minutos si se clasifica para una final, diez si la gana y cero el resto del año, porque el personal anda ocupado en el penúltimo episodio de Neymar en Instagram o en la última odisea de Cristiano con su deportivo en una rotonda de la periferia, no tiene derecho a quejarse por el trato mediático que recibe, y debería poner cara de empate a cero.
   El Sevilla Fútbol Club, que ha jugado en estos años más finales que miles de clubes europeos, tiene que poner buena cara y sonreír como Heidi antes de cantar el abuelito dime tú, mientras ve cómo el primero de los españoles ejerce su figura simbólica para asistir y apoyar los triunfos de Real Madrid y Atlético en sendas semifinales de Champions, declinando asistir a la final de Varsovia del curso pasado y sin tener previsto acudir a la de Basilea, porque el Sevilla, que ejerce como embajador llevando una bandera patria grabada en el pecho, paseándola y honrándola por Europa, no tiene derecho a sentirse ninguneado viendo cómo algunos gozan de trato exquisito, mientras otros reciben atenciones protocolarias dignas de Zambia.
   El Sevilla Fútbol Club, cuyo éxito se usa de manera torticera para mayor gloria del fútbol español, cuya nacionalidad sería afgana si disputase una final contra el Madrid y estaría envuelta en absoluta españolidad si la jugase ante el Barça, no tiene derecho a airear que tiene memoria, corazón y sensibilidad. El Sevilla Fútbol Club, al que todos recomiendan decir que aquí no pasa nada y que, si pasa, se le saluda, y que parece obligado a recibir bofetadas morales para después poner la otra mejilla, ha cometido el terrible pecado de tener un presidente que, de manera enérgica pero educada, ha tenido la gallardía de defender a su club, algo que le han afeado, como si su deber consistiera en verlas venir, dejarlas pasar y si te mean, decir que llueve.
Posdata: El Sevilla Club de Fútbol, gane o pierda, caiga más simpático o menos, es un club añejo, un equipo de mérito incalculable y una masa social que, como mínimo, merece el mismo tratamiento que otras aficiones, porque también es español y es de Dios. Es un club que está forjando una marca de identidad con un modelo económico y deportivo que debería estudiarse en Harvard. Uno que merece la misma consideración que otros clubes y no un vacío sideral por parte de las autoridades y la opinión pública. La queja de José Castro durante el "Encuentro con los Ases" del diario As, además de legítima, es reflejo de una situación denunciable. El Sevilla no es más que nadie, pero tampoco menos. En caso de duda, aplíquese el protocolo Aretha Franklin: Respect. Respeto.
Rubén Uría / Eurosport / 11-05-2016

11 comentarios:

Juan Carlos Perez de la Torre dijo...

Este articulo del periódico Eurospot consta de tres párrafos más un ultimo párrafo en forma de aclaración final. En general muestra el mismo descontento ante la reacción del rey en los tres, pero primero se centra en el empuje mediático ante el triunvirato futbolístico (Madrid, Atlético y Barça), en el segundo en la “ofensa” que significa la falta del rey ante un partido importante y la asistencia a partidos del triunvirato, y en el tercero la alabanza ante un merito, expresa el autor, que no se puede negar.
El tema a criticar en este articulo puede variar en versión del comentarista en cuestión, alguno valorará mas positiva o negativamente el merito del Sevilla F.C otros comentaran la presión, excesiva en muchos casos de los medios comunes, pero ¿porque no vamos a la raíz del tema?.
La causa principal del articulo es que el rey, una figura innegable de representación, rechazó la petición de asistir a una final que, tampoco quito merito al equipo, seguro es muy importante no solo para el equipo sino para nuestra influencia, nuestra representación por todo el mundo.
Lo curioso del articulo, a mi parecer, es que aunque la presión mediática de casi treinta minutos hablando del pelo nuevo de Cristiano o Messi sea obvia, me parece más peligroso olvidar que este tema no se trata en un medio especifico del ambiente deportivo, sino en todas las cadenas, monopolizando la “Marca España” a los tres equipos “mas importantes” del país o a la típica nadadora de turno que gana un simple primer premio en Asia pero que es menos importante que el pelo de aquellos ídolos que veneramos ciegamente criticando a los creyentes. La Marca España no es el pelo de Messi o Cristiano, no es un equipo, ya sea de fútbol, baloncesto o cualquier deporte, la Marca España simboliza un conjunto de esfuerzos, de conceptos abstractos españoles, olvidando efectivamente, que la Marca España somos todos, sin especificar en unos más que otros. Innegablemente esto es lo que pasa en los medios al comentar los deportes, esa igualdad ficticia que se nos vende se convierte en treinta del pelo de uno y cinco minutos de las victorias (o no) internacionales de algunos equipos “minoritarios”.
No entraré efectivamente en si deberíamos debatir entre monarquía o república porque me parece igualmente absurdo que una sola persona, sea electa o no, recoja un nombre que pertenece a todos los españoles, tampoco quiero entrar en la privatización obvia de los medios que solo atienden a aquellos cuyos bolsillos son mas anchos, y discriminan a aquellos que, aun cuyos logros puedan ser mayores, tienen un bolsillo mas estrecho.
Me parece que finalmente deberíamos replantearnos si la Marca España es una marca de ropa cuya producción esta en países tercer mundistas explotando niños y mujeres mientras hace fortuna en occidente, me refiero por supuesto a “Inditex”. También deberíamos pensar si la Marca España es el Madrid, el Barça, el Sevilla o cualquier equipo español, si esa marca es la corrupción de nuestros políticos,los debates territoriales... etc, o si la Marca España es nuestra gente, nuestra forma de ser, nuestra comida (también muy internacional pero olvidada), nuestro sol, nuestras playas, nuestros bosques, y todo aquello que conocemos vulgarmente en todos sitios como “hogar”.
Deberíamos de dejar atrás el “idolicismo” tan exacerbado y mirar más a nuestro alrededor, disfrutar y valorar lo que tenemos y no dejar que cualquier corporación, haga fútbol, política (o corrupción) o ropa, nos quite un nombre que nos hemos ganados todos los españoles y españolas, porque sí, nosotros somos la Marca España.

Juan Carlos Perez de la Torre dijo...

Este articulo del periódico Eurospot consta de tres párrafos más un ultimo párrafo en forma de aclaración final. En general muestra el mismo descontento ante la reacción del rey en los tres, pero primero se centra en el empuje mediático ante el triunvirato futbolístico (Madrid, Atlético y Barça), en el segundo en la “ofensa” que significa la falta del rey ante un partido importante y la asistencia a partidos del triunvirato, y en el tercero la alabanza ante un merito, expresa el autor, que no se puede negar.
El tema a criticar en este articulo puede variar en versión del comentarista en cuestión, alguno valorará mas positiva o negativamente el merito del Sevilla F.C otros comentaran la presión, excesiva en muchos casos de los medios comunes, pero ¿porque no vamos a la raíz del tema?.
La causa principal del articulo es que el rey, una figura innegable de representación, rechazó la petición de asistir a una final que, tampoco quito merito al equipo, seguro es muy importante no solo para el equipo sino para nuestra influencia, nuestra representación por todo el mundo.
Lo curioso del articulo, a mi parecer, es que aunque la presión mediática de casi treinta minutos hablando del pelo nuevo de Cristiano o Messi sea obvia, me parece más peligroso olvidar que este tema no se trata en un medio especifico del ambiente deportivo, sino en todas las cadenas, monopolizando la “Marca España” a los tres equipos “mas importantes” del país o a la típica nadadora de turno que gana un simple primer premio en Asia pero que es menos importante que el pelo de aquellos ídolos que veneramos ciegamente criticando a los creyentes. La Marca España no es el pelo de Messi o Cristiano, no es un equipo, ya sea de fútbol, baloncesto o cualquier deporte, la Marca España simboliza un conjunto de esfuerzos, de conceptos abstractos españoles, olvidando efectivamente, que la Marca España somos todos, sin especificar en unos más que otros. Innegablemente esto es lo que pasa en los medios al comentar los deportes, esa igualdad ficticia que se nos vende se convierte en treinta del pelo de uno y cinco minutos de las victorias (o no) internacionales de algunos equipos “minoritarios”.
No entraré efectivamente en si deberíamos debatir entre monarquía o república porque me parece igualmente absurdo que una sola persona, sea electa o no, recoja un nombre que pertenece a todos los españoles, tampoco quiero entrar en la privatización obvia de los medios que solo atienden a aquellos cuyos bolsillos son mas anchos, y discriminan a aquellos que, aun cuyos logros puedan ser mayores, tienen un bolsillo mas estrecho.
Me parece que finalmente deberíamos replantearnos si la Marca España es una marca de ropa cuya producción esta en países tercer mundistas explotando niños y mujeres mientras hace fortuna en occidente, me refiero por supuesto a “Inditex”. También deberíamos pensar si la Marca España es el Madrid, el Barça, el Sevilla o cualquier equipo español, si esa marca es la corrupción de nuestros políticos,los debates territoriales... etc, o si la Marca España es nuestra gente, nuestra forma de ser, nuestra comida (también muy internacional pero olvidada), nuestro sol, nuestras playas, nuestros bosques, y todo aquello que conocemos vulgarmente en todos sitios como “hogar”.
Deberíamos de dejar atrás el “idolicismo” tan exacerbado y mirar más a nuestro alrededor, disfrutar y valorar lo que tenemos y no dejar que cualquier corporación, haga fútbol, política (o corrupción) o ropa, nos quite un nombre que nos hemos ganados todos los españoles y españolas, porque sí, nosotros somos la Marca España.

Juan Manuel López Pérez dijo...

Nos encontramos ante un artículo periodístico de Rubén Uría, publicado el pasado miércoles 11 de mayo en el diario on-line, Eurosport. El artículo consta de cuatro párrafos con los cuales el autor quiere hacernos ver la situación de menosprecio que viven muchos equipos en España (tomando al Sevilla como ejemplo) a diferencia de Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid.
Se deben destacar las constantes ironías que propone el autor ("buscará su quinta Europa League en Basilea, ese trofeo de la galleta que es menos importante que el Teresa Herrera") para llamar la atención del lector.

"Dicen que nunca se rinde" es uno de los lemas que enorgullece a la entidad del Sevilla F.C., y esque este club no sólo continua "dando por culo" a los grandes, futbolísticamente hablando, sino que también sigue adelante en su lucha contra el fútbol moderno.
Recuerdo con anhelo cuando llegaba del colegio los lunes y me pegaba al televisor para ver los goles de la jornada. A día de hoy, ver los goles de equipos que no sean Real Madrid, Barcelona o Atlético es impensable, a no ser que se enfrenten contra estos mismos.
Muchos medios de comunicación están convirtiendo nuestro fútbol en el "antifútbol", a día de hoy se le da más importancia a un club que ha gastado 600 millones de euros en fichajes en los últimos 10 años para terminar ganando dos títulos europeos que a un club que ha ganado cinco gastando la octava parte. Curioso, ¿verdad?
Como bien dice el escritor del diario Eurosport, al Sevilla se le dedican 10 minutos si gana la Europa League, mientras que a Benzema se le dedican el doble si conduce a 200 km/h. ¿Esto es el fútbol qué queremos ver?
El Sevilla es uno de los clubes europeos con más mérito, pues, reinventándose con una nueva plantilla año tras año y vendiendo a sus mejores jugadores ha conseguido plantarse en tres finales de la Europa League de forma consecutiva (NUNCA antes en la historia de la competición se había dado esto).
La incultura sobrepasa los límites, y es que hay quién califica a la Europa League como un "paragüero" o un título de segunda división sin saber que equipos como Real Madrid, Bayern, Juventus o Chelsea ganaron en su momento esta competición.
El pasado 2015, el Sevilla se convirtió en el equipo que más veces tuvo el orgullo de levantar este trofeo (4), dato que desconocería si sólo me informase a través de los medios de comunicación de la capital.
En conclusión, la hazaña del Sevilla F.C. recibiría en cualquier otro país el mérito que merece pero esto es España y aquí seguirán importando más los calzoncillos de Cristiano.

José Manuel Escobar Ruesga dijo...

1ª parte:
Se trata de un texto periodístico de opinión escrito por el periodista deportivo y colaborador de la cadena Eurosport Rubén Uría, utilizando un discurso expositivo.
El autor utiliza principalmente un nivel culto y un registro coloquial, con la intención de expresar su opinión sobre el exceso de relevancia que se da en la prensa a los equipos “grandes” del fútbol español, criticando la falta de relevancia que se da a los demás equipos (centrándose en el caso del Sevilla F.C.).
En mi opinión (adoptando una posición lo más neutral y general posible en este comentario), estoy de acuerdo con la opinión del autor respecto al exceso de relevancia que se da a los tres clubes más importantes del fútbol en España (Real Madrid C.F, Club Atlético de Madrid y F.C. Barcelona) y a sus respectivos jugadores (cuya vida privada es información realmente de poca o ninguna importancia, ya que, al menos para mí, el hecho de que tal jugador se haya comprado tal coche o simplemente haya pisado la calle me viene completamente sin cuidado), ya que, aunque sean los que ganen casi todos los títulos importantes (gracias a que se llevan la mayor parte del dinero obtenido en el ámbito de los derechos televisivos -prácticamente provenientes de las cadenas de pago, véase el caso de Movistar +, que acaparan los derechos de retransmisión- y demás, pudiendo permitirse el fichaje de mejores jugadores que cobran sueldos estratosféricos) existen más clubes en España que, aunque no se hable de ellos, sudan hasta la última gota por objetivos que pueden pasar “inadvertidos” (como la Copa del Rey -aunque sea una de las dos grandes competiciones nacionales-, la Europa League -aunque sea una competición a nivel continental-, la permanencia, el ascenso...).
Un claro ejemplo de esto puede ser el Leicester City (recientemente proclamado campeón de la Premier League inglesa), un equipo considerado “pequeño” y, hasta ahora, casi desconocido que, sin tener precisamente una plantilla a la altura de grandes clubes como el Chelsea C.F., el Manchester City, el Manchester United, el Bayern de Múnich, etc., ha conseguido ganar una de las grandes ligas europeas y, quizás, del mundo.

José Manuel Escobar Ruesga dijo...

2ª parte:
Por otro lado, también existen otros deportes que pueden generar interés en el gran público y donde triunfan y han triunfado deportistas españoles, pero que apenas se les da importancia, como puede ser el baloncesto (cuando tenemos una de las mejores ligas europeas, una de las mejores selecciones del mundo -que, por cierto, puede perderse los próximos J.J.O.O. por una posible sanción injusta y no se le da tanta como al hijo de Messi o de Cristiano Ronaldo- y a varios jugadores en la NBA -siendo considerada la liga estadounidense como la mejor del mundo-), el tenis (donde tenemos a jugadores de la talla de David Ferrer y Rafa Nadal -considerado uno de los grandes jugadores en tierra batida en toda la historia-), el ciclismo (teniendo a grandes ciclistas a nivel internacional como Alejandro Valverde, Joaquín “Purito” Rodríguez o Alberto Contador, y la Vuelta a España -una de las tres grandes rondas internacionales-), el triatlón (con Mario Mola -actual líder del campeonato del mundo- y Javier Gómez Noya -cinco veces campeón del mundo y favorito a las medallas en los próximos J.J.O.O.-), la Fórmula 1 (con pilotos como Carlos Sainz Jr. -hijo del bicampeón del mundo de rallies; campeón de las World Series by Renault en 2014, título que le valió el salto al Gran Circo en 2015- y Fernando Alonso -bicampeón del mundo y único español que ha logrado ganar el título de esta competición-; aún así, la falta de resultados importantes por parte de los pilotos españoles y de emoción en el campeonato -con un dominio absoluto por parte de Mercedes-, y los altos costes que implanta la FOM -Formula One Management- a las televisiones son motivos del rechazo de las cadenas a retransmitir este deporte, teniendo que verse mediante cadenas de pago -y aún con la poca consideración de poner publicidad en las retransmisiones-), etc. (concluyo aquí porque podría pasarme bastante tiempo poniendo más ejemplos y no quiero excederme más en la longitud de este comentario).
En conclusión, es necesario dar información más allá de unos pocos equipos, dejar de lado la vida privada de los deportistas (porque si no, para eso veríamos el Sálvame) e informar más sobre otros deportes además del fútbol (organizando mejor el tiempo y el espacio destinados a la información deportiva en telediarios y periódicos de ámbito general).

Unknown dijo...

Nos encontramos ante un articulo de opinión escrito por el periodista madrileño Rubén Uría. En estos cuatro párrafos, escritos para Eurosport, Rubén hace mención sobre una injusticia con la que vivimos la mayoría de los aficionados del deporte sobre el que trata el artículo.
No solo en el mundo del fútbol si no también en otros muchos deportes, los aficionados que no somos de uno de los equipos grandes nos sentimos marginados, o al menos eso veo yo constantemente.
En este artículo en concreto me siento muy identificado con todo lo que dice Rubén, que usando en muchas ocasiones la ironía, transmite este mensaje de injusticia.
Como aficionado del equipo al que se refiere el autor en el artículo me siento defraudado por la actuación del mayor representante español, Don Felipe, que le da prioridad a partidos de rondas previas que a una final, eso sí porque el equipo que juega la final no es uno de los "grandes" de España.
Además somos tan tontos que en agradecimiento por el trato recibido por parte de su majestad, promocionamos la marca España por toda Europa mostrando su bandera en el pecho y en la parte posterior del cuello para que nadie se quede sin ver de donde venimos pero no de como nos tratan.
Este último caso es uno de los muchos que se han ido dando a lo largo de la historia pero que afortunadamente en esta ocasión, José Castro (presidente del Sevilla Fútbol Club), ha tenido el valor de no callarse y recriminar la actitud con la que se nos ha considerado.
De un modo mas generalizado esta injusticia se ve todos los días en los medios de comunicación, dedicándole tres cuartas partes del programa a dos o tres equipos mientras que el último cuarto o ni siquiera es, es para los dieciocho restantes.
Por otra parte y contradiciendome a mi mismo también hay que entender que al igual que todo, el fútbol se rige bajo la ley de oferta y demanda. Son muchos más millones de personas los que verán un partido del Barça o Madrid que uno del Levante o Sporting, por lo que los medios no son tontos y saben que interesa mucho más cualquier cotilleo sobre Pique usando las redes sociales que el resumen de los cuartos de copa del rey entre el Rayo Vallecano y el Numancia.
En definitiva es una realidad que hay que aceptar y es que siempre viviremos a la sombra de los Barças o Madrids de turno.

Janice dijo...

1/2

Nos encontramos ante un texto escrito por Rubén Uría, el cual fue publicado en Eurosport en mayo de 2016.
Se trata de un texto periodístico, perteneciente a los llamados géneros de opinión, más específicamente un artículo, debido a su longitud y porque va firmado.
El modo discursivo que emplea para trasmitir sus ideas es argumentativo. Hace uso de un registro formal general que podemos apreciar durante toda la extensión del texto con diversos cambios de registro aparente. El uso del léxico es sencillo, libre de tecnicismos y con abundantes ironías, como entre las líneas 7-8, cuando alude que el público estará más pendiente de la actualización de Neymar en su Instagram que del Sevilla todo el año, de quien sólo se hablará escasos minutos si es clasificado para el final o lo gana. Es una lectura sencilla apta para todo lector del Eurosport .

Con este artículo Rubén Uría, a mi parecer, pretende expresar una queja acerca de la indiferencia hacia todos los equipos españoles de fútbol frente al Barça, el Real Madrid y el Atlético, quienes recogen toda la importancia del fútbol español. Esta queja la hace usando de referencia al Sevilla, aunque es aplicable para cualquiera que no sea de los tres equipos mencionados anteriormente, pues su relevancia es nula en comparación a éstos. Utiliza el pretexto del rechazo del Rey a la invitación de su equipo para relatar su artículo, pues el Rey se ha presentado a partidos de los anteriores tres.
Ahora bien, entiendo la protesta del escritor del texto, pues veo que sus argumentaciones son acertadas, pero soy incapaz de sentirme indignada por ello; lo entiendo, pero no lo comparto. Ya puede ser por mi desinterés general al fútbol por lo que no le veo relevancia a esta queja, pero es que a mi parecer es como si le regalo un iPhone a un amigo y se queja porque no le he regalado la funda mientras yo sigo con mi Nokia. A mi parecer el fútbol, sea cual sea el equipo, sea cual sea el partido que tenga lugar, tiene demasiada relevancia en España y un fanatismo que me preocupa. No entiendo por qué la gente, cuando gana el equipo que le gusta dice “hemos ganado”, como si acaso hubieran hecho algo para conseguir o influir siquiera dicha victoria cuando todo lo que hacen es gritar, insultar, pelearse, tirar petardos (cosa que los animales os agradecen mucho por cierto, no es nuevo que un animal sufra un paro cardiaco a causa de ello), emborracharse, romper cosas… No creo que hayamos olvidado esa decapitación de la estatua de la fuente de Puerta Jerez por la celebración de la Eurocopa. Claro, también está el coro de los pitidos de coche, lo cual es cuanto más agradable. Ojalá pudiera decir que me parece curioso que no se haya matado nadie todavía celebrando una victoria o bien peleándose por no compartir el gusto por el mismo equipo, pero no puedo.

El autor se queja de la indiferencia, yo me quejo del fanatismo, será la misma moneda pero la cara que me importa es la que hace tales atrocidades, pues, a parte de las peleas entre los propios fanáticos, están los árbitros.
Este mismo año un árbitro fue asesinado por el mismo jugador que acababa de expulsar (Argentina), aunque claro, siendo un país lejano y Latinoamérica igual no lo vemos con tanta relevancia como veríamos otra cosa. Este mismo año también, en España, un árbitro gaditano se vio obligado a renunciar a su trabajo debido a los insultos que recibía por su condición sexual, ya no por parte del público, sino por los propios jugadores. El mismo encargado material le amenazó de muerte, jugadores tiraron piedras contra su ventana al terminar el partido, sufre insultos durante los 70 minutos y nadie ha hecho nada al respecto. El presidente de la Peña Madridista le llamó para mostrar apoyo y tomar medidas contra el encargado de material, cuya sanción será de 9 partidos. Como yo le veo le importa más no perder a su encargado de material que el hecho de que sea un homófobo que amenaza de muerte al árbitro por su condición sexual. Este árbitro sí que puede quejarse de indiferencia.
Por otro lado y sin salir del tema de los...

Janice dijo...

2/2

...árbitros, nos encontramos con otro hecho reciente aquí en España, esta vez entre dos partidos infantiles masculinos en Barcelona. La víctima de los insultos de los aficionados es una mujer en esta ocasión, quien fue insultada por uno de los padres que le dijo que se fuera a coser y a buscarse novio entre otras cosas. Tras la contrariedad del susodicho a disculparse (pues a su parecer no había dicho nada malo), la árbitra constó los hechos en acta para que la federación catalana actuara, quienes le pusieron una mísera multa de 50€. Esta árbitra sí puede quejarse de indiferencia.
Por desgracia el machismo en las gradas no es algo nuevo. El año pasado, en las gradas del Betis, los espectadores cantaron una canción homenajeando a Rubén Castro, quien había sido imputado por malos tratos a su novia (decían “Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien). Ha sido finalmente este año cuando Rubén Castro va a ser juzgado por malos ratos, delitos cometidos entre 2012 y 2013 (la misma abogada de la víctima declara que no entiende cómo no se ha hecho nada todavía, a mi parecer que el acusado sea jugador de fútbol es la razón por la cual se ha tardado tanto). No entiendo cómo es que los espectadores se pegan entre ellos por estar o no estar de acuerdo con lo que ha dicho el árbitro y cómo se quedan impasibles ante tal apología a la violencia de género. No entiendo cómo ante tales cánticos no pararon el partido inmediatamente. Esta mujer sí puede quejarse de indiferencia.

Por supuesto, esto es fútbol masculino, y si hay algo que pasa incluso más desapercibido que el resto de deportes que no sea fútbol es cuando es la línea femenina.
La futbolista mejor pagada es la estadounidense Alex Morgan, quien gana 2,7 millones. Cristiano Ronaldo, con logro deportivos similares, gana 72 millones. Esto pasa en todos los deportes, y no porque los hombres lo hagan mejor ni mucho menos. Históricamente el deporte era cosa de varones, y tenemos interiorizado que es así. Recuerdo cuando estaba en primaria y veía que cuando una amiga se ponía a jugar al fútbol le decían que lo hacía para impresionar a los chicos, al final acabó dejando de jugar, aunque no puedo evitar recordar que era quien mejor jugaba a pesar de que nunca se la pasaban y si cometía un error al tirar a portería o se la quitaban se lo recriminaban mucho más que cuando le pasaba a un chico, que no le decían nada, no llegarían ni a los once años pero ese tipo de actitud la veo figurada en todas las edades. Cuando una mujer hace algo que está catalogado para los hombres lo hace para impresionarlos, y, por supuesto, peor que ellos. No vemos con la misma seriedad un partido entre mujeres que entre hombres por la misoginia interiorizada. Estas mujeres sí pueden quejarse de indiferencia.

Y, ¿qué hay de los demás deportes? Bueno, pues indiferencia. A quién le importan los logros en cualquier deporte, o en lo que sea, si en el fútbol vamos bien. Si hubiera el mismo alboroto cada vez que sale a la luz un caso de corrupción o que establecen una ley injusta, igual hasta iríamos bien políticamente. Pero a nadie le importa porque están demasiado ocupados viendo quién va a marcar el siguiente gol, a veces me pregunto qué habría pasado si el 14 de julio de 1789 (toma de Bastilla) se hubiera jugado una final. Yo me quejo de esta indiferencia.

Ante todo esto, declaro que no veo razón para quejarse de la indiferencia hacia todos los equipos ante los tres grandes. Esa indiferencia no causa daños físicos, psicológicos, pérdida de trabajo… Ellos tienen la suerte de que por ser hombres y futbolistas ya le presten muchísima más atención que a cualquier otra persona que no cumpla esas características. A mi parecer su disgusto es consecuencia de sus ansias de protagonismo. El Instagram de Neymar es más importante que las 20 medallas de oro, 11 medallas de plata y 5 medallas de bronce de la nadadora Mireia Belmonte, y él se queja de un partido, ¿tan cegado está por la envidia que no ve que tiene a un montón de fans dejándose las cuerdas vocales en todos los partidos por un gol?

Inma Baena Moreno dijo...

Organización de ideas.
1. Estructura externa.
El texto está formado por 43 líneas, dividido en cuatro párrafos.
2. Estructura interna.
El texto se divide cuatro partes.
La primera va desde el inicio del texto hasta la línea 13 (empate a cero), en el cuál se queja de la poca atención que se le muestra al Sevilla, y la mucha atención que se le muestra al Real Madrid o al Barca, ya que sus jugadores son más famosos que los del Sevilla.
La segunda parte va desde la línea 14 (el Sevilla Fútbol Club) hasta la línea 24 (atenciones protocolarias dignas de Zambia), donde nos sigue insistiendo en la misma idea que el primero, pero lo argumenta con la situación que se encuentra el Sevilla cuando a pesar de ejercer como embajador la bandera patria apenas recibe atenciones protocolares.
La tercera parte va desde la línea 25 (El Sevilla Fútbol Club) hasta la línea 34 (decir que llueve), en la cual critica que se critique al entrenador por defender el club.
La cuarta parte va desde la línea 35 (posdata) hasta el final del texto, donde defiende que el Sevilla es un club deportivo a la altura de cualquier otro club y con el mismo mérito que cualquier otro equipo.

Unknown dijo...

El texto es un artículo periodístico de opinión, publicado el 11 de mayo de 2016, y escrito por el periodista deportivo Rubén Uría. Dicho texto apareció publicado en el diario online, Eurosport.

El texto se divide en cuatro párrafos y nos hace mención a la injusticia cometida contra un club como el Sevilla FC, que podía haber ocurrido contra cualquier otro equipo que no sea “grande”.

En este artículo el autor nos expresa su queja ante la indiferencia hacia todos los equipos españoles de fútbol frente al Barcelona, Madrid o Atlético, quienes tienen toda la atención. En este caso el equipo que ha sido ninguneado es el Sevilla.

El autor ha utilizado un nivel culto y coloquial, usando a ironía para llamar la atención del lector: “Juega en la liga turca”, “ese trofeo de la Galleta”, “menos importante que el Teresa Herrera”, etc.

El motivo principal del artículo es que el rey no acudiría como representación española a la final de Basilea.

Pienso que es una injusticia que no se le la importancia que tiene a este club. El Sevilla ha jugado en estos últimos diez años más finales europeas que la mayoría de clubes de este continente.

Y en cambio el Rey no acudirá, esto no sucedería si la final la jugase el Barcelona, Madrid o Atlético.

Me siento muy identificado con todo lo que dice el autor del artículo que nos transmite un mensaje de injusticia, en este caso el Rey de todos los españoles, da prioridad a los equipos que él considera grandes. Y no acudirá al del Sevilla, considerándolo inferior o de menor interés.

Esto puede estar debido a la prensa y los medios de comunicación que nos bombardean diariamente con noticias de los equipos “grandes”. Estas noticias en su mayoría no tienen interés deportivo, por ejemplo, los pelados de Cristiano, las nuevas “canciones” de Dani Alves, etc.

No solo margina a los otros equipos de fútbol sino a todos los deportes en general, sin tener en cuenta que la información DEPORTIVA no es solo fútbol, existen otros deportes.
También podemos hablar de que esta final europea no la televisa ninguna cadena española en abierto, y bien que anuncian durante semanas de que el Real de Madrid va a jugar un partido de pretemporada que no tienen ningún tipo de interés. De este miso modo, si el Sevilla ganase este domingo la final de Copa del Rey, al día siguiente no hablaran de la victoria del Sevilla, sino de la derrota del Barcelona.

Y que hablar del reparto de los derechos televisivos, ya que se reparten entre esos tres equipos “grandes” casi el triple que todos los demás equipos de la liga española juntos.

En conclusión, estaremos siempre un escalón por debajo de los equipos que la prensa encumbra día tras día.

Eloy dijo...

El tema de este artículo, a mi parecer, es una crítica a la poca representación que tienen en los medios aquellos equipos de futbol menos populares que el triunvirato de siempre (Madrid, Barça o Atlético, al parecer) Estoy increiblemente de acuerdo con el autor. ¿Como es posible que las hazañas de este equipazo no salga en los telediarios? No puede ocurrir un evento más importante que la Europa League, por favor. Tal vez, un ataque terrorista en Pakistan, pero ¿a quien le importa? Hablemos de futbol que es lo relevante, ¿no? ¿No? No.

Desgraciadamente, la realidad es que muchisimos temas importantes carecen de visibilización en los medios de comunicación. El martes pasado ocurrió un atentado en Irak. Cincuenta y un muertos. Ochenta y cinco heridos. Menos de un minuto en el telediario. Menos de mil palabras en una web de noticias. Y luego nos saturan con los atentados de Bruselas, al detalle. Como sucedieron los hechos, quienes los perpetraron, como actuó la policía... Y por último, nos cuentan testimonios de las aterradas victimas, para terminar el reportaje llegando a la fibra sensible del telespectador. Hipocresía pura.

Aquello que no sucede en el primer mundo no existe. No digo que debamos dejar de prestar atención a estos sucesos que nos pillan más de cerca, pero seamos equitativos. La vida de un afgano vale la misma que el de un belga. Es igual de importante una guerra en África que en Crimea. Pero no. A los medios al fin y al cabo solo les interesa el dinero. Y si emiten temas que no atraigan al espectador, perderan clientela. Por eso los telediarios tienen una sección de veinte minutos sobre el pelo de Neymar. Por eso dan más prioridad a la vida de un europeo que a la de un sirio. Por nosotros. Por nuestros intereses.

Eso no impide que las cadenas traten de condicionarnos, dirigiendonos hacia un pensamiento. Creo que en España hay pocos coreanos, pero yo todas las semanas me trago al menos un capítulo de 5 minutos de "El malvado jefe norcoreano". Pero tampoco suelen ir mucho más alla.

En conclusión, a pesar de existir temas más relevantes que el pelo de Neymar o los culebrones del Barça, la masa es lo que pide por regla general, y algunos inconformistas nos tenemos que aguantar. Lo más curioso de todo es que haya sido un artículo sobre fútbol el que denuncie esta mala praxis en la prensa.