lunes, 16 de noviembre de 2015

No nos enteramos

El 18 de agosto de 2006, las playas de Canarias batieron el récord de llegadas de inmigrantes irregulares: 512. Y ese fin de semana, las autoridades contabilizaron 1.268 indocumentados. El Gobierno sacó la calculadora: si ese ritmo se mantenía, podíamos esperar unas 175.000 llegadas al año. Estos sucesos, seguro que lo recuerdan, desataron una especie de histeria colectiva. Con los telediarios retransmitiendo en directo las llegadas, los medios comenzaron a hablar de “crisis de los cayucos”, el Gobierno convocó al gabinete de crisis y la diplomacia española se desplegó por todo el África subsahariana para lograr acuerdos de repatriación.
Más recientemente, el 6 de febrero de 2014, en lo que la prensa describió como un “asalto masivo”, entre 250 y 450 inmigrantes intentaron entrar en Ceuta. Y un mes después, 500 inmigrantes lo lograron en Melilla en un solo salto. Cuando ese mes un polémico informe del CNI avisó de que 30.000 inmigrantes esperaban para saltar a España toda medida fue poca: se reforzaron las vallas, se instalaron concertinas y se abrió el paso a las “devoluciones en caliente” y al uso de balas de goma, con funestas consecuencias.
Comparemos cifras. En el punto álgido de la crisis de los cayucos, en 2006, se registraron 39.180 llegadas. Y en 2014, 14.000 personas intentaron saltar la valla en Melilla pero sólo 2.000 tuvieron éxito. Ahora imaginen la situación en Grecia, con 9.000 personas llegando cada día a sus costas, es decir, todas las llegadas a Canarias de 2006 cada cinco días. O piensen en Eslovenia, un país de dos millones de habitantes con un ejército de 7.300 soldados que en solo una semana ha visto deambular por su país a 50.000 personas. ¿Se imaginan de qué estaríamos hablando si 9.000 personas estuvieran llegando diariamente a las playas de Almería? ¿O qué diríamos si un millón de sirios atravesara España en una semana? Tan inmersos que estamos en los contorsionismos políticos y jurídicos de Artur Mas, ERC y la CUP que no nos enteramos de lo que está pasando ahí fuera. Y lo que está pasando ahí fuera es algo de una magnitud descomunal. Como lo serán sus consecuencias. Pero preferimos no enterarnos.

José Ignacio Torreblanca, El país, 4/XI/2015

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ana García 2ºB

Este texto de José Ignacio Torreblanca publicado en el periódico de tirada nacional “El País”, se trata de una columna de opinión, perteneciendo por tanto al género periodístico de opinión. Durante la mayor parte del texto utiliza la exposición como principal modo discursivo, pues presenta las ideas, aunque también podemos encontrar pasajes apelativos, reflejado con especial intención en la tesis, encontrada al final del texto, por lo que seguiría una estructura inductiva.
El autor refleja un nivel sociolingüístico culto, aunque emplea un registro semiformal, encontrando expresiones como “el gobierno sacó la calculadora”, haciendo que esta columna resulte más atractiva para el lector. La intención comunicativa no sólo es divulgativa, sino que tiene ciertos rasgos apelativos, pues pretende destacar el pasotismo general de los medios de comunicación y la mayor parte de la sociedad española frente a la delicada situaciónde los refugiados provenientes de oriente medio. El público al que se dirige no es específico, aunque en mi opinión, pretende llamar la atención a aquellos incapaces de ver más allá de nacionalismos y reformas en el poder ejecutivo. Para introducir este tema, hace una referencia previa a la crisis de inmigración más familiar para nosotros los españoles, para luego utilizarla como comparación o ejemplificación a lo largo del desarrollo de la idea principal del texto.
Como el propio autor señala, la crisis de los refugiados es uno de los temas más delicados en la actualidad, tanto a nivel nacional como internacional, a pesar de que pase a estar en un segundo en plano nuestro país debido a los procesos independentistas catalanes. Son muchos los españoles que se niegan rotundamente a la entrada de refugiados a nuestro país, sin ser si quiera conscientes de la magnitud de esta problemática situación. Este sector de la población española puede clasificarlo como un fastidio o estorbo, teniendo en cuenta la crisis económica de la que, según ciertos partidos políticos en el poder, nos hemos recuperado. En cierto modo, puede ser considerado un lastre en el desarrollo económico español. Sin embargo, en mi opinión, acoger a los refugiados debe ser algo más que una simple labor política emprendida para favorecer el beneplácito de las potencias económicas actuales. La labor humanitaria puesta en marcha por diversas ONGs es desmesurada y digna de alabar, además de los numerosos voluntarios por toda Europa dispuestos a volcarse por estas personas en estado irregular.
El atentado yihadista en París es utilizado como argumento en contra de la entrada de refugiados en este continente, alegando que puede ser una sencilla entrada para terroristas islámicos. En cierta manera, es así, pues podrían utilizarlo como vía de entrada. Sin embargo, ¿se podría solucionar aumentando los controles policiales y la presencia del cuerpo inteligente en las fronteras? ¿Estamos dispuestos a abandonar a miles de desamparados a su suerte?

Anónimo dijo...

Este es un texto periodístico escrito por José Ignacio Torreblanca en el periódico El País . Es un texto de opinión (columna) con una forma de discurso expositiva y una estructura inductiva. Su modo de lenguaje es formal, aunque emplea algunas expresiones coloquiales. Es divulgativo, sin dirigirse a ningún tipo de público específicamente, pero más que dar una opinión pretende hacer reflexionar al lector.

En mi opinión, el texto llama la atención sobre como hemos exagerado y alzado la voz frente a la llegada de unos miles de inmigrantes a nuestras costas, cuando ahora se esta viviendo una situación mucho peor y más alarmante en el este de Europa sin darle tanta relevancia. Estoy de acuerdo con el autor en este punto. ¿Quien en su sano juicio compararía el salto de 500 inmigrantes a la valla de Melilla, con 50000 personas atravesando un país? Es absurdo, y también estoy de acuerdo en que no se le ha dado la relevancia necesaria a este evento. Los informativos apenas estuvieron dos o tres semanas hablando de una situación que comenzó a principios de 2015, ¡y nos enteramos hace nada!

Sin embargo, no estoy de acuerdo con los motivos que da a esta pasividad. No creo que nos resulten más interesantes los procesos soberanistas de Cataluña que la crisis de refugiados. El problema no es la audiencia, son los medios. La prensa busca las noticias más impactantes, con más gancho, que produzcan sensaciones y que al mismo tiempo sean cercanas al espectador. La crisis de refugiados tenía lo primero. Todos nos sentimos desconsolados al ver la foto del niño sirio muerto en las playas de Grecia o enfurecidos cuando vimos a esa periodista húngara poner la zancadilla a un refugiado con su hijo en brazos, pero con el tiempo la noticia se hace repetitiva y pierde su capacidad de sensación si no surge nada nuevo. Además ocurre relativamente lejos, en los límites de la UE y no nos sentimos directamente afectados por esa tragedia. Poniendo la mano en el fuego, diría que muchos tras ver las noticias pensaron "¡Oh, que pena!" y luego a cambiaron a los deportes. Una vez se volvió repetitiva, los medios pensaron que movilizarían más a la gente con la política española y otros temas más novedosos, aunque menos relevantes. Además, como ya viene en el texto, España esta curtida en los temas de movimientos migratorios. En este tema, es posible que a la población española le ocurra lo mismo que en el cuento infantil "Pedrito, y el Lobo", nos han dicho tantas veces que viene el lobo que ahora nos lo tomamos a la ligera.

A esto también se le podría sumar la intervención de agentes externos. A los líderes de la Unión Europea, por ejemplo, no les vendría bien que se hablara demasiado sobre este tema y que la población se movilizase mientras ellos siguen atascados sin tener ni idea de como manejar una situación tan desmesurada. Ya se pudo comprobar esto cuando Hungría levantó su alambrada ante la frontera serbia y dejó patente su ineptitud cuando los refugiados la rodearon y pasaron de rositas a su país a través de Croacia. Si la gente se diera cuenta de que intentan poner una tirita en la grieta de un barco que se hunde y que pretenden seguir ignorando la raíz del problema levantando vallas, rechazando visados y llorando lagrimas de cocodrilo cada vez que sucede una tragedia, seguro que más de una cabeza habría rodado ya. Pero esto, evidentemente, es solo una suposición personal.

En conclusión, opino que no somos pasivos ante esta clase de situaciones, sino que más bien, somos manipulados por la prensa y solo vemos aquello que les interesa para ganar audiencia o más les conviene por otra serie de motivos. O tal vez nos han bombardeado tanto con el mismo mensaje, que ahora somos insensibles a él.


Eloy Rodrigo Lorente Lorenzo 2ºBach B

Agustín Morilla Colmenero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Agustín Morilla Colmenero dijo...

Nos encontramos ante un texto de género periodístico de opinión, concretamente una columna, escrita por José Ignacio Torreblanca para el diario EL PAÍS el pasado 4 de noviembre de 2015.

Para dar peso a su tesis, utiliza distintos argumentos con un registro coloquial, ya que en ocasiones utiliza expresiones no muy formales, como "el gobierno sacó la calculadora"

Personalmente, coincido en algunas ideas del texto pero también tengo mis discrepancias.

Primeramente, la relación entre el número de personas que llegan ahora con las que llegaron a Melilla en 2014 lo veo ridículo. Actualmente se está aconteciendo una Guerra Civil en Siria, lo que afecta a millones de familias que desean huir del horror que las guerras generan, pero pensemos con cabeza. La UE no es una ONG. No tenemos medios ni recursos para hacer frente a tantísimos inmigrantes irregulares que están llegando. Hay muchas personas que no entienden que Hungría o Eslovenia pongan vallas de pinchos en sus fronteras. Cuando esos países disponen de un número tan reducido de efectivos de cuerpos de seguridad, cuando el PIB de esos países no es comparable ni al 25% del que tiene Alemania, no pidamos encima que tengan que hacer de transportista para enlazarlos con el norte de Europa.

Quiero dejar muy claro que discrepo en gran profundidad con las ideas del Presidente ultranacionalista de Hungría, pero tenemos que solidarizarnos al igual que con las familias que huyen del horror, con los países europeos que están aún en desarrollo por guerras que ocurrieron hace menos de 30 años.

Muchas personas me ejemplifican la crisis de refugiados con el éxodo español a Francia y a Sudamérica en las posguerra, pero no es comparable. Tenemos lenguas iguales o similares y costumbres muy parecidas. Les invito a que reflexionen sobre qué tienen en común un sirio con un alemán, y no estoy empezando un chiste; es una realidad. Muy probablemente vengan personas muy cualificadas, con estudios y experiencia profesional, pero desconocen nuestras lenguas y nuestras costumbres. Llegan a Europa sin nada, y cuando en España la desnutrición infantil y las altas tasas de paro juvenil nos afectan a la mayoría, perdónenme pero antes que esas personas hay que luchar por nuestros problemas y nuestras desigualdades. Cuando las solucionemos, soy el primero en tomar la iniciativa de colaborar en la adecuación de estas personas en nuestra sociedad. Además, hay países con PIB más alto que incluso los de Alemania, como Dubai, Arabia Saudí, Qatar, de religión musulmana que en vez de hacerse cargo de sus "hermanos", prefieren poner los maletines repletos de billetes encima de la mesa para que se construyan mezquitas y centros culturales en Europa, pero ¿qué esperamos?

Discrepo en la idea del "pasotismo" de los medios en este tema, como anteriormente he dicho, en España tenemos graves problemas de los que ocuparnos. Políticamente, la deriva independentista del señor Mas es demasiado importante para el conjunto de la ciudadanía. Yo soy español, y me afecta gravemente que una CCAA de mi país, parte de mi territorio, parte de mis vecinos quieran abandonar nuestro país. Es intolerable el inmovilismo de Madrid y los engaños a los catalanes por parte de Junts pel Si y la CUP creen esa incertidumbre en la sociedad, que empresarios tengan que abandonar su tierra por miedo a la independencia, que los funcionarios pasen de acatar las normas españolas a unas normas catalanas y que estén cometiendo irregularidades bajo la española. Esa incertidumbre sin solución y con engaños es muy importante y hay que remediarlo, con un cambio sensato.

En conclusión, no veamos la paja en el ojo ajeno y miremos la viga en el nuestro propio. A los problemas, soluciones moderadas.

(Versión corregida)

Anónimo dijo...

Aida González 2ºC

Nos encontramos ante un texto periodístico, escrito por José Ignacio Torreblanca en 2015 para el periódico El país.

El autor utiliza un nivel sociolingüístico culto, acompañado de un registro formal. La intención comunicativa del autor es divulgativa y el artículo podríamos decir que va dirigido para un público concreto. En cuanto al tema principal decimos que es la inmigración desde el punto de vista político.

El tema del que nos habla el texto, es importante para el estado pero no se le echa cuenta, y la solución no es tanto reprimir la entrada, si no llevar a cabo políticas de cooperación con esos países para erradicar la necesidad de venir aquí.

Podemos observar como los medios nos cuentan lo que les interesa (y como les interesa) o lo que la mayor parte del público quiere (porque es “más atractivo” para ellos), y no cumplen con su función que es hacer de conciencia a la población y mostrarle la realidad de las situaciones, como podemos observar a diario, ya que pueden dedicarle 15 o 20 minutos a un pequeño problema que haya en un ayuntamiento, o en hablar de la nueva novia de Cristiano Ronaldo y, sin embargo, a la crisis siria o problemas similares le dedican como mucho 5 minutos.

En muchas ocasiones, el cómo cuenta las cosas un medio, influye en nosotros, dando lugar a la xenofobia, a no querer a una persona con diferente color de piel, diferente idioma o diferente cultura en tu país.

En cuanto a la referencia que tenemos en el texto sobre los sirios, deberíamos tener memoria y conciencia. En primer lugar, memoria porque en nuestro país pasó algo similar hace muchos años con la Guerra Civil o el régimen de Franco, que muchos republicanos tuvieron que exiliarse en otros lugares por miedo y, en segundo lugar, conciencia porque debemos que tener en cuenta que no son inmigrantes económicos, sino inmigrantes que huyen de la guerra y la barbarie. Y si esto no fuera así, no podemos hacer otra cosa que aceptarlos, porque estamos obligados por las leyes internacionales.

En la mayoría de las ocasiones, los inmigrantes no llegan a otros países por motivos de guerra o similares, vienen porque nacen en países pobres, sin opciones de avanzar, y ellos quieren poder desarrollarse como personas, formarse profesionalmente y poder tener una oportunidad laboral, ya sea en nuestro país o en cualquier otro.

Como conclusión final, pienso que a nadie se le debería negar la opción de crecer como persona, y mucho menos reprimirles la entrada a otro país como lo hacen, con tantos obstáculos como les ponen.

Unknown dijo...

Jose Ignacio Torreblanca publicó este texto periodístico de opinión en El País, el día 4 de Noviembre de 2015. El texto habla sobre la inmigración y las diferentes medidas de los países, exactamente el de España. Es un texto con una estructura enmarcada, ya que el tema esta en todo el texto, con esto quiero decir que los dos primeros párrafos hace referencia a una introducción y el tercer párrafo hace una conclusión de todo lo hablado en los dos anteriores. Utiliza un registro culto y formal, de origen divulgativo ya que esta mostrando una serie de datos y de hechos sucedidos para darlos a conocer a la opinión pública.

Bajo mi punto de vista este articulo muestra la desigualdad entre distintas zonas del planeta y el desarrollo de cada sociedad. No todo el mundo tiene el privilegio de pertenecer o mejor dicho, nacer en un país desarrollado. En el texto se puede apreciar como el autor hace referencia a medidas o barreras tomadas por los países desarrollados para que estas personas no pudiesen acceder a su país. Estas personas no son menos que las personas de países desarrollados y es verdad que deberíamos de darle una oportunidad para trabajar y para poder optar a una vida mejor que la que tienen en su país. Pero la parte negativa de esto, es que en países como España hay personas que también necesitan que el gobierno temporalmente los mantenga, y el dinero destinado a esa parte, debería de ser primero para los españoles que para personas que vienen de fuera. Tampoco veo coherente que colapsen los países, ya que podrían desarrollar su país volviéndose en contra de los dirigentes que los gobiernan. Este articulo me hace recordar a los inmigrantes de Siria, que a causa de una guerra huían hacia Europa con tal de proteger a sus hijos y encontrar una vida mejor. Cada persona huye de su país por un motivo distinto pero con un solo objetivo, mejorar su vida y la de generaciones siguientes. Uno de los proyectos que tampoco veo bien es el de españoles que acogían en sus casas a niños saharawis para que pasaran unas vacaciones aquí en España, este proyecto es deficiente, ya que después estos niños deberían volver a sus casas, y de tener toda clase de lujos a no tener nada convertiría a esta persona en alguien que cuando creciese querría volver y hacer su vida en un lugar en el que veraneo cuando joven. Por lo tanto hay que entender que estas personas estén dispuesto a darlo todo con tal de tener una vida mejor, pero no estoy de acuerdo con que el gobierno de distintos países los trate como animales, poniéndoles cercas o vallas como la de Melilla.

Inma Baena Moreno dijo...

José Ignacio Torreblanca publicó este texto periodístico de opinión en El País, el día 4 de Noviembre de 2015. El texto habla sobre la inmigración y las diferentes medidas de los países.
El autor utiliza un nivel sociolingüístico culto, acompañado de un registro formal. La intención comunicativa del autor es divulgativa y el artículo podríamos decir que va dirigido para un público concreto.
En primer lugar, me gustaría destacar que no somos conscientes de los problemas y la humillación que sienten esas personas al dejar su país, ya que por motivos económicos, sociales y políticos no pueden subsistir, e incluso ideológico, ya que tiene que ser duro cambiar de cultura.
Segundo me parece bien que pongan barreras para reducir la entrada de los inmigrantes. Aunque huyen de sus países para encontrar una vida mejor, y en teoría tendríamos que ayudarlos, cosa que no es así, ya que para los países que ellos intentan llegar es duro hacer frente a esas millones de personas que quieren cruzarlo, debido a los problemas que ellos tienen con la crisis, teniendo muchas personas en desempleo y haciendo un gran esfuerzos para ayudarles, ese esfuerzo que no sería posible realizar, si dejásemos entrar a todos los inmigrantes que quisieran.
Por otro lado también quiero destacar la facilidad que tienes algunas personas de ignorar el tema de los inmigrantes, no queriendo darse cuenta de todos los problemas que pasan a su alrededor, con lo cual no entienden que lo que ellos quieren conseguir es un trabajo digno que les permita vivir.
Como conclusión, el número de inmigrantes se ha incrementado en los últimos años debido a la falta de recursos que presentan sus países para ofrecerles la posibilidad de un trabajo y sueldo digno. Ante esto, los gobiernos deberían intentar frenarlo mediante la ayuda de los países más poderosos a los que más necesidades tienen.