Leo
El corazón es un
cazador solitario,
de Carson McCullers, y pienso que esta pequeña historia situada en
una ciudad industrial de Georgia y publicada en 1940 me está
contando, a través de una prosa deslumbrante y una gran perspicacia
psicológica, la raíz de la herida del racismo en los Estados Unidos
y la relación entre dos categorías de pobres, los negros y los
blancos. Escucho Strange
Fruit,
por Billie Holiday, compuesta en 1939, y siento que en su letra, en
sus notas, está contenida la lucha de los derechos civiles y se hace
visible el más vergonzoso pecado americano: los linchamientos del Ku
Klux Klan con el aplauso de la buena gente del sur. Veo las fotos
sobre la negritud de Sally Mann, o leo sus memorias, y agradezco esa
sinceridad con la que confiesa que de niña nunca se preguntó por
qué la nanny se quedaba en el coche esperando mientras la familia
comía en un diner. Leo Americanah,
de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, y entiendo al fin por qué
una africana se convierte en negra cuando pisa los Estados Unidos.
Veo el documental I
Am Not Your Negro,
sobre el compromiso del novelista James Baldwin con la causa de los
derechos civiles, y me acerco a comprender, a través del actor
Samuel L. Jackson, que presta su voz a los ensayos del escritor de
Harlem, qué suponía en los 50 y 60 andar por la vida con la
conciencia de que tus actos serán sobreinterpretados o
malinterpretados a cuenta del color de tu piel. Y de lo que ahora
supone ser negro puedo hacerme una idea leyendo a un honroso heredero
de Baldwin, el periodista, Ta-Nehisi Coates, con su ensayo Entre
el mundo y yo.
Literatura,
música, ensayo, periodismo, fotografía, cine. ¿Cuánto hacen estas
artes y estos oficios por que comprendamos mejor a nuestros
semejantes, los que nos precedieron y los coetáneos? Según el
Ministerio de Educación poco ya que la asignatura de Literatura
Universal
ha sido retirada del segundo curso de bachillerato para moverla a
primero. Segundo es el curso en el que, según los expertos, los
alumnos están más preparados, más maduros, para sumergirse en
profundidad en las novelas que nos dan una perspectiva amplia del
mundo. No importa, fuera entonces de la Selectividad. La idea de que
deben prevalecer aquellas materias que tengan una relación directa
con el mercado laboral cunde. La impone el ministerio pero la
secundamos socialmente. En cuanto hay un estudiante con un expediente
brillante se activa, con bastante frecuencia, una alianza entre
orientadores, padres y profesores para que el alumno o la alumna no
desperdicie sus notas en algo que es como un hobby, que no merece la
pena. Aquel viejo dicho de “el que vale, vale, y el que no pa'
letras” se ha actualizado: en los institutos el término
“letrasado” se ha hecho tristemente popular. Y todo parte de una
gran falacia que el profesor de Historia Moderna Fernando Manzano
Ledesma se empeña tozudo cada año en desmontar. Porque este joven
vicedecano de estudiantes y comunicación de la Facultad de Filosofía
y Letras de Oviedo era un cerebrín en sus tiempos de instituto y
también sintió la presión de los que pensaban que malgastaría su
brillante expediente si se matriculaba en Historia. Hace unos años,
Manzano Ledesma comenzó a dar charlas en los centros de enseñanza
media de Asturias para explicar a los estudiantes cuáles eran las
diferentes ramas dentro de la historia, la filología y la filosofía.
Se trataba de un encuentro sumario, informativo, pero fue apreciando
que lo que necesitaban aquellos estudiantes era un subidón de una
autoestima que, tanto el sistema educativo como algunos compañeros,
se esmeraban en que fuera lo más baja posible. Lo que transmite este
profesor es que la pasión puede más que las supuestas necesidades
del mercado: no hay carreras con más salidas que otras, aún menos
en un mercado laboral tan enclenque; actualmente, tiene más peso una
voluntad empecinada. Les habla Manzano de lo que supone para el no
adocenamiento de la sociedad el espíritu crítico, del valor de la
belleza y del arte. Les cuenta cómo los estudiantes de Humanidades
son los más preparados para discernir dónde está la verdad y dónde
el camelo y cómo serán por lógica los que pongan orden en el
caótico contenido audiovisual. De hecho, cuenta, la empresa
asturiana Touchvie contrata ya a licenciados en Humanidades como
catalogadores de su productos en la red.
Si
el Ministerio de Educación está decidido desde hace años a borrar
del mapa a los futuros pensadores y creadores, debiéramos nosotros
rebelarnos, defender convencidos las materias que tan estrechamente
ligadas están a nuestra libertad de pensamiento. El profesor Manzano
Ledesma acaba siempre sus charlas con una cita de Baltasar Gracián:
"Gastan algunos mucho estudio en averiguar las propiedades de
las hierbas: ¡cuánto más importaría conocer las de los hombres,
con quienes se ha de vivir o morir!". Y lo que ocurre con las
personas entusiastas y trabajadoras es que desatan en ti las ganas de
actuar, de convertirte en activista de aquello en lo que tan
fervientemente crees.
Elvira
Lindo, El país,
21 de abril de 2017